Dionisio Díaz

Dionisio Díaz (Arroyo de OroTreinta y Tres19201929), niño protagonista de un hecho heroico, plasmado en la tradición oral uruguaya.

Detalle del monumento a Dionisio Díaz, obra de José Belloni (1953) al pie del cual se puede leer Dionisio Diaz el héroe del Arroyo de Oro, ejemplo infantil de sacrificio de amor y de heroismo.


Biografía

Nació el 8 de abril de 1920 en el pequeño poblado de Arroyo de Oro (hoy Mendizábal) en el departamento de Treinta y Tres. Vivía con su madre, su tío, su abuelo y su pequeña hermana a la que él adoraba; en una pequeña extension de campo en la que trabajaban y con cuyos productos sobrevivían.

La noche del 7 de mayo del año 1929, luego de haber cenado la familia, hubo una discusión del abuelo con la madre de Dionisio; sumido en un ataque de locura, tomó su facón y se dirigió hacia el dormitorio de la madre de los niños donde la apuñaló, dándole muerte. Cuando Dionisio se enteró, corre en busca de su tío. Éste, al oír lo que acontecía, salió de su habitación donde se encontró con el abuelo, trabándose en lucha con éste. Lucha en la que resultaran gravemente heridos tanto el tío como Dionisio.

El tío malherido, le aconseja a Dionisio tomar a su hermana y aguardar escondido al amanecer para luego llevarla al poblado. Dionisio se ocultó de su abuelo, cubrió su herida con un trozo de sábana, esperó por horas una ocasión propicia y caminó 9 kilómetros hasta el entonces poblado del Oro, donde dejó a su hermanita en un destacamento policial. Lo vio el médico local que ordenó su internación inmediata en el hospital departamental de Treinta y Tres; pero recién al otro día un automóvilparticular de un habitante de Vergara (poblado cercano) arribo al lugar para el traslado de Dionisio. Dionisio fallece de camino a Teinta y Tres debido a la gangrena en sus tejidos causada por el excesivo tiempo que estuvo sin asistencia.

Su tragedia es evocada como un verdadero ejemplo de estoicismo y lucha ante la adversidad. La leyenda popular lo reconoce como el "Héroe del Arroyo de Oro".

JOSÉ FLORES SÁNCHEZ

Y

EL PEQUEÑO HÉROE DEL ARROYO DEL ORO

"Pedro de Santillana" era el seudónimo con el cual firmaba sus artículos noticiosos para el diario "El País", José Flores Sánchez, el periodista que rescató la tragedia de Dionisio, ignorada por la mayoría al quedar sepultada bajo los escombros del episodio ocurrido también en los primeros días de mayo de 1929 en la estancia La Ternera y de la cual se ocuparon los principales medios de comunicación uruguayos de la época, por lo cual los oídos y ojos del país estaban orientados hacia allí.

La visión de "El País" de enviar un periodista a investigar lo ocurrido en El Oro, pero fundamentalmente la misma investigación del enviado fueron claves para marcar el comienzo de la veneración popular al niño héroe. El propio periodista, concluida la minuciosa investigación y tras comprender la singular hazaña de Dionisio, fue categórico y visionario al afirmar que, una vez conocidos públicamente los pormenores del caso, mucha tinta correrá para rendir tributo al pequeño gran héroe. En el comienzo mismo del libro titulado "El Pequeño Héroe del Arroyo del Oro", donde Flores Sánchez narra documentadamente lo ocurrido, se aclara el motivo por el cual "El País" decidió enviar un periodista a rescatar del olvido la hasta entonces ignorada hazaña y se adelanta en el tiempo al percibir que una vez hecho público lo realmente ocurrido "el pequeño Dionisio moverá, en fecha no lejana, el espíritu del novelista y del poeta, de genio, del pintor y del escultor de inspiración, para inmortalizar la estupenda hazaña del niño heroico".

Y fue así, verdaderamente.

PALABRAS INICIALES DEL LIBRO

El presente relato de la tragedia de la Costa del Oro, a raíz de la cual surgió la figura luminosa de Dionisio Díaz, el heroico niño de 9 años de edad, ejemplo in¬comparable de generosidad, de energía y de conciencia humanas, es una narración perfectamente documentada.

No nos ha guiado otro móvil, al presentarla, que la de repasar el injusto olvi¬do en que cayera la noble acción del pequeño Dionisio. Ese olvido, tiene en parte su justificación en otro suceso sensacional que en los mismos días en que ocurría éste, los primeros de mayo de 1929, ocupaba la atención de todo el país.

"EL PAIS", al querer exaltar como se merece la prodigiosa personalidad del pequeño Dionisio, no ha omitido esfuerzo alguno, enviando al apartado lugar de los trágicos acontecimientos a sus representantes, quienes han llevado a término sus gestiones con esta nota.

No les ha llevado a éstos ningún deseo de realizar una pieza literaria al narrar los sucesos, sino el propósito de presentar una crónica documentada de los mismos, recogiendo de labios de quienes tenían motivos para saberlo, los detalles sobre los protagonistas y del drama en que actuaron.

El relato, hecho al correr de la pluma, ofrece por sí solo un caudal inagotable de sugestiones y de emociones tales que bien puede prescindirse de los aderezos literarios, aunque no se nos escapa que el pequeño Dionisio moverá, en fecha no lejana, el espíritu del novelista y del poeta, de genio, del pintor y del escultor de inspiración, para inmortalizar la estupenda hazaña del niño heroico.

Esta narración, pues, tiene el mérito único de ser escrita de acuerdo con los hechos, los cuales nos hemos apresurado a recoger antes de que el tiempo desfigure esta verdad histórica.

Mayo de 1929

Pedro de Santillana

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